miércoles, enero 11, 2006

Rally Dakar

A petición de Jeremías, voy a escribir sobre el rally Lisboa-Dakar. En un principio me había propuesto no hacerlo, ya que centra toda la actualidad de África. Sin embargo, la muerte del piloto australiano, Andy Caldecott, ha generado un debate sobre la conveniencia o no de esta competición. Cierto es que el Rally está destrozando los caminos por los que pasa (recordemos que no hay carreteras, sino pistas que eligen libremente los pilotos) y alterando la tranquilidad de los habitantes. No me gustaría ser tan radical como Nesemu (implora cualqueir acción incluso vandálica para dar por terminado el rally), pero sí es cierto que esta carrera también tiene sus beneficios. La ciudad de Dakar y su lago rosado (donde finalizan todos los rallies) no serían conocidos en el mundo. También la caravana que forman periodistas, pilotos y organizadores reporta grandes beneficios a las zonas donde acaban las etapas, sobre todo, a los hoteles y restaurantes. Sin embargo, se trata de unos días contados. Yo abogo por la supresión de esta carrera, tan querida por algunos y tan denostada por otros, y que se celebre en las próximas ediciones en un recinto cerrado en el Sáhara o en cualquier otro desierto. De este modo, se garantizaría más seguridad a los pilotos y se haría por caminos indicados, aunque se perdiese parte de la emoción de la carrera. ¿Tú qué opinas?